Feminismo radical es una corriente feminista que sostiene que la
raíz de la desigualdad social en todas las
sociedades hasta ahora existentes ha sido el patriarcado, la
dominación del varón sobre la mujer todo ello debido al
diferente rol reproductivo del hombre y la mujer.
Esta corriente se centra en las relaciones de poder que
organizan la sociedad, construyendo la supremacía masculina.
Los feministas radicales se proponen derrocar el
patriarcado por medio de su oposición a los roles de género y propugnan una
reorganización de la sociedad. El feminismo radical tuvo su origen en los años 60. De esta corriente han derivado el feminismo cultural y otras corrientes
feministas radicales.
El adjetivo "radical" se refiere a que la
acción ataca la raíz del problema femenino y no denota un especial fanatismo o
excesiva beligerancia como la palabra "radical" podría sugerir.
Feminismo cultural, es una corriente del pensamiento feminista
surgida del feminismo radical, que tiene como base teórica la existencia y
valoración positiva de la "cultura femenina", al contrario del feminismo radical, que se
centra en las estructuras de dominación de la mujer, el feminismo cultural se
centra exclusivamente en las mujeres como grupo, en su forma particular de
desarrollar su existencia y en la construcción de su identidad cultural.
El feminismo, tradicionalmente
se ha basado en reivindicar la igualdad con el Varón, esto, según esta
corriente, ha significado la negación de algunas características
diferenciadoras de la mujer. El llamado Feminismo de la diferencia, corriente de la que forma parte el feminismo
cultural, apela a las diferencias que existen entre el hombre y la mujer,
valorizando las particularidades de la mujer como forma de lograr su verdadera
autonomía.
Según la historiadora
feminista Alice Echols, el término "feminismo cultural" fue utilizado
por primera vez por la miembro del grupo Redstockings Brooke Williams en 1975, para describir una
despolitización del feminismo radical.
El feminismo
de la diferencia nace a
mediados de los años 70 en Estados Unidos y Francia.
Provenía de grupos feministas radicales, y,
con su lema "ser mujer es hermoso",
abogaba por identificar y defender las características propias de la mujer.
Consideran que los hombres son, por naturaleza, agresivos, guerreros y
depredadores, y por tanto, las mujeres no deben entrar en ese juego e intentar
imitarlos.
Una de sus teóricas fue una italiana, Carla Lonzi. Carla afirmaba que "la meta de la toma del poder es totalmente
vana". Y la francesaLuce Irigaray consideraba inútil o
incluso nocivo empeñarse en obtener la "igualdad". Es imposible,
según esta teoría, crear una identidad propiamente femenina, y a la vez
destruir el mito de la mujer. Las teóricas debaten entre ellas, y muchas veces
llegan al extremo de no reconocerse unas a otras como feministas. Hay
feministas diferencialistas que relacionan la identidad femenina con la teoría
de los arquetipos de Jung; es
el caso de Esther Harding.
El feminismo de la diferencia tuvo muchas seguidoras en
Francia e Italia. En Italia el feminismo de la
diferencia se desarrolló principalmente en torno a la Librería de las
Mujeres de Milán; algunos textos de dicha librería fueron
enormemente polémicos, como uno en el que recomendaban a las mujeres no acudir
a los tribunales de justicia en el caso de que sufrieran agresiones, por
considerar que la justicia es masculina. En España la feminista de la
diferencia de más relevancia ha sido Victoria Sendón de León, aunque en la
actualidad no se considera perteneciente a esa escuela, sino a la del feminismo integral.
Según la psicóloga canadiense Susan Pinker, el modelo de
la paridad está superado. En el libro La paradoja sexual propone un “feminismo de la
diferencia”, que reconoce la distinción en cualidades y preferencias entre uno
y otro sexo. Si tienen efectiva libertad, las mujeres seguirán caminos propios,
y la disparidad resultante será la verdadera igualdad.1
El feminismo de la diferencia diverge del feminismo de la igualdad, pues éste considera
que la masculinidad y la feminidad son roles de género
construidos socialmente con los que hay que acabar. En cambio, el feminismo de
la diferencia propone una invención constante del significante que es el cuerpo
separado del mandato cultural hecho por el patriarcado (el género).
El activismo femenino es
una forma de activismo en
general practicada por mujeres, tendiente a
concientizar, defender y promover los derechos de la mujer en todas las esferas
de la sociedad.
No se debe confundir activismo
femenino con feminismo,
considerándose éste sólo una de sus posibles formas. En efecto: hay sociedades
donde el rol de la mujer está de alguna manera supeditado al del hombre, y sin
embargo hay militantes por los derechos de la mujer al sufragio, la educación e inclusive
la participación en política o en las
jerarquías religiosas.
En ocasiones, hay mujeres que
alcanzan roles muy destacados por derecho propio, pero sin embargo no lo hacen
en aras de promover los derechos de la mujer. Se dice, por ejemplo, que muchas
mujeres que llegaron a ministras lo hicieron "siendo más hombre que un
hombre".
Por tanto, importa sí definir
qué son los derechos de la mujer, para así poder entender este concepto tan
genérico que es el activismo femenino. En efecto, puede apuntar a igualar los
derechos de hombres y mujeres, o por el contrario, procurar el respeto a la
dignidad de la mujer en tanto complementaria del hombre.
El anarquismo
feminista o anarcofeminismo es una teoría y movimiento que enlaza
el feminismo con
el anarquismo.
El anarcofemenismo busca la autonomía de cadamujer, es decir, su emancipación y realización como individuo y como géneroparticular.
Ven en el patriarcado una
manifestación del poder involuntario
oautoritarismo,
por ello piensan que la liberación contra el patriarcado es una parte esencial
de la eliminación del Estado, puesto que ambos
se fundamentarían en la ausencia de libertad y en las
relaciones sociales involuntarias.1 2
Según el anarcofeminismo, el
anarquismo al ser una filosofía política que se opone a todas las relaciones de poder forzadas o coactivas, sería
intrínsecamente feminista, según expresa Susan Brown.
En esencia, esta corriente ve el anarquismo como un componente necesario del
feminismo y viceversa.3 Su
originalidad reside especialmente en su visión política, y en no ser una
corriente dogmática, por lo que se pueden encontrar diversos planteamientoslibertarios al respecto
de lo que es la mujer, el feminismo, la feminidad, etc.
El segundo sexo es un libro escrito en 1949 por Simone de Beauvoir. Se le considera una de las
obras más relevantes, a nivel filosófico, del siglo XX. Fue un rotundo
éxito de ventas. Su autora comenzó a escribirlo cuando reflexionó, a propuesta
de Jean-Paul Sartre, sobre lo que había significado para ella el ser
mujer. Comenzó a investigar acerca de la situación de las mujeres a lo largo de
la historia y escribió este extenso ensayo que aborda cómo se ha concebido a la mujer,
qué situaciones viven las mujeres y cómo se puede intentar que mejoren sus
vidas y se amplíen sus libertades.
Es una de las obras
fundacionales del Feminismo y
utiliza los conceptos existencialistas para
indagar acerca de la vida de la mitad de la humanidad. También es considerada
una obra enciclopédica, pues aborda la identidad de las mujeres y la diferencia
sexual desde los puntos de vista de la psicología, la historia, la antropología, la biología, la reproducción
y las relaciones afectivo-sexuales.
La teoría principal que
sostiene Beauvoir es que "la mujer", o más exactamente lo que
entendemos por mujer (coqueta, frívola, caprichosa, salvaje o sumisa,
obediente, cariñosa, etc.) es un producto cultural que se ha construido
socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto
a algo: como madre, esposa, hija, hermana... Así pues, la principal tarea de la
mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios
criterios. Muchas de las características que presentan las mujeres no les
vienen dadas de su genética, sino de cómo han sido educadas y socializadas. La
frase que resume esta teoría es muy célebre: "No se nace mujer, se llega a
serlo".
Tras escribir este ensayo y recibir
multitud de cartas escritas por mujeres diciendo que ahora comprendían mejor
sus vidas, la filósofa se dio cuenta de que hacía falta un cambio social y
político, por lo que se hizo feminista. El segundo sexo es
considerado hoy como la obra principal de referencia de la corriente
denominada feminismo de la igualdad.
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